jueves, 22 de septiembre de 2022

UN 22 DE SEPTIEMBRE DEL AÑO 1922


Se habían reunido veintidós personas, a muy temprana hora de la tarde en el Restaurante Café ABC, y en la planta alta de aquel local regido por D. Luis Peña Molína, se expusieron y repasaron todos los preparativos e iniciativas cara a que un día después, el 22 de septiembre de 1922, se pudiera presentar en sociedad al team de foot-ball, que defendería el nombre de la ciudad y sus deportistas.

Eran los 22 del 1922. Que curioso, La cifra que si miras bien, hasta te ofrece el número total de jugadores sobre un campo de fútbol...
Es triste que de aquella época, muy poco se sepa más del caminar de nuestro, Vélez Foot-Ball Club, ya que buena parte de esos comienzos nos llegó del “boca a boca” de los más antiguos y veteranos futbolistas a los que tuve la suerte de conocer, hoy ya todos tristemente desaparecidos, y que si no fuese por ese sistema de búsqueda de datos, hemerotecas y documentos del club de mis amores, hoy día estarían todo olvidado o perdido.
Pero afortunadamente, hoy puedo contar lo que otros me narraron, en especial dos de sus fundadores, su primer capitán, Antonio Castaños Monleón y el primer guardameta Pepe Casamayor con los que tuve el honor de compartir muchas horas de tertulia en su antigua casa y consulta de dentista en Málaga y que junto al gran maestro, Matías Prats Cañete por julio de 2000, me acompañaron en la presentación de la primera parte (la más difícil de recopilar) de la historia del club representativo de la ciudad de Vélez-Málaga.



Este sentimiento veleño, que todavía pervive en un gran puñado de aficionados y el afán de que no se mueran conmigo muchos acontecimientos, los más antiguos especialmente y en los que nadie anteriormente ha querido indagar, me llevó un buen día a contar bonitas historias en este blog. 
Historias de personajes que han pasado desapercibidos y hoy felizmente recuperados, y otros, los más modernos, aún mejor recordados.

Anécdotas y detalles curiosos, que siempre tendrán algún valor (así he pensado siempre) para esos seguidores del futuro y los que más tarde vendrán, y que me impulsa a celebrar hoy con orgullo que el Vélez C.F., nuestro equipo de penas y alegrías tiene ya, cumple en este 2022 sus 100 años de vida.
Ya es Centenario.


Supe que de aquella tarde de reunión de 1922, se pasó a la madrugada, y que los jugadores/fundadores de nuestro primer equipo, muchos de ellos jóvenes estudiantes con 17 y 18 años, como era el caso de los hermanos, Antonio y Alfonso Castaños, Pedro Luis Fenech, Juan Barranquero su incipiente primer presidente, Pepe Casamayor, Francisco Quero, Bernardo Fernández, Pérez GalindoBraulio Murciano, Ciruelo, BravoNadales, y otros algo más mayores, trabajadores de lo que por aquellos tiempos era la normal sociedad veleña, un sillero, Terry; un vendedor de batata en la popular Plaza de Las Carmelitas, Ocaña, un peluquero, Rafaelillo Pérez apodado “el de la boina”, los hermanos alicantinos, Pepe y Diego Esclápez, que eran vendedores de alpargatas, un panadero, "Mañico" y hasta dos carpinteros, los hermanos Placido y Miguel Jurado, se comprometían a defender con toda honestidad un escudo que lucirían con orgullo en el pecho y que sería encargado y bordado por una monja carmelita, Sor Remedios de San José, a la que se le abonaría para su convento, la cantidad de 2 pesetas de plata.


La hora de la presentación oficial sería a las seis de la tarde, en una explanada muy cercana a la Cruz Verde, es decir, una hora después de la acostumbrada y torera cita que habitualmente mantenían para ejercitarse, ante la mirada curiosa e incomprendida de muchos ciudadanos, en la antigua y ya desaparecida Plaza de Toros que cuidaba y alquilaba el popular, “Tuerto Breva”.
Esta vez, todo quedaba en lo que por aquellos entonces era reclamo al pueblo… es decir, el boca a boca: “Ve y dile que… tenemos un match de presentación con todos nuestros equipiers preparados y ante un team que nos visita invitado de Málaga".

Todo había quedado por tanto listo, incluido la indumentaria blanca a lucir y que había donado el Sr. Antonio Piédrola Giménez, posiblemente su primer "socio de oro" y donde sólo quedaba el detalle de alisar un poco más el terreno de juego, quitar algunas piedras de más, acordonar con cuerdas y estacas las dimensiones del pequeño field y que los de la carpintería de Fúnez "nos traigan pronto, por medio del joven, Luchana, las tablillas para la portería"... Que ya sabes cómo se nos enfada, Pepe Casamayor, si estos no llegan a tiempo para poner los clavos/anclaje de la postes de la portería con el larguero y así después, tener tiempo  para ejercitarse y darle forma al cuerpo como goalkeeper".




El “Paulilla” conocido mozo de la Farmacia de los Bustamente en las Cuatro Esquinas, tendrá preparado y bien inflados los dos balones de reglamento comprados al cosario Gálvez (uno de ellos, fiado hasta la semana que viene) y que deberemos de pagar…

Aquella madrugada un grupo de jóvenes, representantes de las más diversas capas sociales de la ciudad, salieron muy ilusionados y con grandes sueños, por la puerta del Restaurante Café ABC, todos vestidos de futbolistas cubiertos por su gabán, uno de ellos botando un balón, ése que recibiría infinidad de puntapiés unas horas más tarde ante un pueblo, que ya estaba avisado del nuevo acontecimiento que irrumpiría aquel 22 de septiembre de 1922
Una fecha que se había pospuesto un año antes, ante la pérdida de tanto malagueño en la guerra del Rif (Desastre de Annual) y de varios compañeros veleños que ya en 1921 habían formalizado la intención de salir a competir y que jamás volvieron a casa.

Al botar en la calle el balón y a tan temprana hora camino de la explanada, muy cerca de donde se encuentra el Camarín de la Virgen de La Piedad, uno de los hermanos Jurado, el delantero Plácido, le advirtió al “Paulilla”: “Niño no botes muy fuerte la pelota vayas a despertar a esa guapa señora y que eso, al final nos traiga mala suerte”…

Así de fácil comenzó todo… así me lo contó Antonio Castaños y me lo ratificó Casamayor, el de un día, una fecha para recordar y del que sólo tenemos un pequeño recorte de periódico con la foto que arriba encabezamos y que me pasó este viejo jugador, que aún le recuerdo con su sonrisa de cómo se autodefinía junto a otros jóvenes compañeros que organizaron la puesta a punto de un equipo/sociedad de fútbol, el Vélez F.C. 
Nomenclatura esta, que pasaría a hacerse oficial en el consistorio veleño en 1928 en escrito fechado en diciembre de ese año, para poder más que nada, tener un respaldo institucional a la hora de representar de un lado a la ciudad oficialmente y por el otro, poder utilizar las instalaciones del Tejár de Pichelín (antiguo almacén de frutos secos) como campo de deportes, ya que hasta entonces, se jugaba en explanadas cercanas a la estación de tren, en la Plaza San Roque, la hoy desaparecida Plaza de Toros o a domicilio en campos habilitados en Málaga. 




Lo demás, lo puedes ir conociendo si buscas entre los muchos escritos y anécdotas que este blog viene publicando periódicamente, con el ánimo de que te puedas informar con rigor, sencillez, claridad y conocimiento.

Recordando siempre, que nadie se hace dueño de la historia de nadie y menos de este club apunto de ser centenario, pero bien es cierto, que sí uno la trabaja, la mima, la investiga con tesón, recopila todo sobre el, que buscó en su momento a sus más antiguos protagonistas, dejando a un lado muchas horas con su familia para componerla, bien es cierto que la historia en ese trabajo muchas veces se te hace casi tuya.

Más cuando estaba perdida durante tantos y tantos años. Ahora con un libro publicado y mil datos ofrecidos en tantos años, incluidos recientemente a la RFAF el reconocimiento al equipo decano de Málaga, es mucho más claro e importante. Afortunadamente la historia del Vélez se escribió hace para 21 años y de la que estoy muy orgulloso de colaborar en hacerla siempre más grande y que se conozca y se celebre como debe ser y merece en su Centenario.

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