sábado, 17 de diciembre de 2011

EL ÚLTIMO CAPÍTULO

Querido Antoñito, me toca cerrar el último capítulo en la vida de quién vivió al rededor de una órbita especial, la de un balón ... ese que muchas veces es tan incomprendido y que nos bota de un lado a otro sin poder hacer un buen control.

Hoy te hemos despedido, y los que nos quedamos por el momento en el terreno de juego de la vida, en parte nos alegramos que no sigas más en el banquillo del sufrimiento y la enfermedad, esa tan triste y cobarde que no hace "fair play" y  nos deja siempre en fuera de juego.

Como otros tantos amigos que te queremos, en parte nos hemos alegrado que dejes ese banquillo y que subas de categoría ... que categoría tan alta, para adivinarte con el mejor portero del barrio, Aurelio Muñoz, con el caza goles Toré, con tu "Ratón" Segura, el gran Perdómo al que siempre le llorastes y con tantos jugadores que reforzarán junto a otro añorado, Guti, la mejor alineación del Veleño. ¡Que gloriosa alineación!
Aquí abajo y gracias a tí, ya sabemos que hacer con la vida y el fútbol, ante los momentos duros y adversos, esto es, achicar el campo al rival,  rasear y rasear el cuero, apadrinar jugadores o pedirle a "tus nenitos" un esfuerzo más, pegando la clasificación del periódico, pero eso sí del revés, en el vestuario.
Ese lugar que siempre respetaste muy íntegramente. Hiciste del entrenador una digna profesión. 

Me dice Pepe Ríos que fue hermoso hacer tándem contigo, y el popular Fraguas, que fue siempre un honor servirte de escudero en esos banquillos de aquel fútbol en blanco y negro, de solapa y entidad de los años 60. 
Sé con la mirada en tu misa, que Fran "el cartero", hará lo imposible por hacerte llegar cartas de la familia...

No te faltaran ecos de tu Marbella, ya que tu hermano, Antonio de Sola, desde lo más profundo de su corazón. y sin pronunciar una sola palabra, te tendrá informado. Que suerte la suya de haber encontrado en esta vida a un hermano, no de sangre, pero si de respetuoso cariño y de consejos tan verdaderos, que salvan una vida.


Ya sabes que en representación del Atl. Marbella y del Vélez, te hemos arropado entre Mangui y yo con las camisetas de estos tus queridos equipos, fue al caer la fría tarde y entre la última luz de despedida en el Parroquial de Torre del Mar.
Cierro renglones querido amigo, en un capítulo de tristeza, sólo es mi deseo que sepas, que cuando quieras, estaremos listos todos los mencionados y muchos otros más, en estar siempre en la alineación de tus mejores amigos.

Da recuerdos Antoñito, a todos los de allí arriba... ¡Ah! en especial al Juanito y a Don Ricardo... Zamora, este último ya no será el único... "Divino",  y que por fin tendrán un tiempo más eterno para que con tus entrenamientos y tu estilo aventajado de lo que fue el fútbol, el siete de Fuengirola suba de Maravilla la banda y al mejor portero del mundo, que no le metan un gol ni de penalti... se que de eso, ya tu te encargas mientras que de fondo, suena la canción "Te lo juro yo" de Miguel de Molina.
    

domingo, 7 de agosto de 2011

ANTONIO TORE, EL MEJOR DELANTERO


Este pasado sábado ha fallecido a la edad de 74 años el que fuera gran delantero del C.D. Veleño en los finales años 50 y principio de los 60, Antonio Torés Frías.

Toré entró en la historia del fútbol veleño, como uno de los representantes más queridos por todos, nacido en Benamocarra el 24 de marzo de 1.936, su infancia deportiva estuvo situada inicialmente entre la pequeña localidad de La Viñuela y la gran urbe de Madrid.

Estaba claro que el fútbol, deporte que en aquella época había prendido entre la chavalería, sería su gran pasión. Sus dotes como futbolista fueron muy notorias desde que triunfaba en el equipo juvenil del Infanta María Teresa, colegio de huérfanos de la Guardia Civil donde estudiaba.
Allí coincidió con quienes años más tarde, llegarían a ser figuras del fútbol español, Cela, Santiesteban y Martín Esperanza.

De siempre se le unió a su calidad en el disparo, una enorme colocación en el área, lo que le hacía estar siempre en el momento oportuno. Con veinte años llegó a Vélez donde enseguida lo enroló Francisco Castellón para jugar en el equipo que preparaba, el Atlético Antoniano Veleño, formando con sus compañeros de delantera, Ríos y Manolillo.


Antonio Torés continuó en el fútbol de nuestra ciudad por razón de seis años, llegando a contribuir con sus goles en el ascenso a 3º División del C.D. Veleño en el año 1.960, su titularidad en el equipo duró hasta que cumplió los veintisiete años, edad con la que se retiraría de la práctica balompédica, eso sí, puesto que nadie le movió hasta su marcha.
Este brillante jugador pudo presumir siempre de haber conseguido marcar el primer tanto y el número 100 en la historia de nuestro club en Tercera División. Precisamente el primer gol en categoría nacional lo anota en el feudo del C.D. Ronda en la primera jornada de campaña 60-61.

Otro de los goles más recordados en su carrera deportiva, fue el que le endosó al Atl. Malagueño en la Rosaleda (1-2), un magnífico tanto que sirvió para dar el triunfo al equipo que dirigía Juan Antonio Aparicio. Era la primera vez que nuestro titular ganaba a este equipo en su campo y que registró en las gradas una numerosa presencia de aficionados veleños.
Aquel día Antonio Torés fue el héroe de una delantera veleña que formaba con sus compañeros Espinosa y Sarmiento.
Su juego siempre encandiló a los aficionados, ya que poseía una gran capacidad para resolver en un palmo de terreno cualquier jugada, supo desenvolverse en otras parcelas del fútbol, la de las relaciones humanas, siempre fue un compañero al que todos estimaron mucho, de una honda e impronta personalidad, que repercutía en la plantilla.

De entre los numerosos jugadores que pisaron el desaparecido albero del Vivar Téllez con la idea noble de llevar la perfección futbolística, Torés fue un movilizador de emociones, la grada y los entrenadores que tuvo siempre confiaron en él, ya que siempre solucionaba con su talento de “caza goles” una jugada cosida al filo de su bota o de sus espléndidos remates de cabeza.