martes, 13 de junio de 2017

LA MALAGUEÑA COPA MELLERIO

En mitad de los años 40 del pasado siglo, la recién unificada Federación Regional Sur, hoy día Real Federación Malagueña de Fútbol, decidió afrontar el reto de crear un torneo denominado Copa Comité que revitalizara este deporte tras la guerra civil.

El objetivo era que pudieran jugar todos los equipos modestos de la provincia pero con la premisa que estos estuvieran federados. Una manera sin duda de reclamo para que los diferentes clubes que existieron años antes, se animaran a salir nuevamente a la competición futbolera y que estos tuvieran la posibilidad de poder llevársela además una muy preciada, simbólica y codiciada copa a sus vitrinas.

Para ello su presidente Juan Fernández Rueda que por cierto no estuvo mucho tiempo en su mandato, decidió solicitar a la joyería malagueña Heredia (Plaza de la Constitución) que le diseñara o en su caso le proporcionara, un trofeo ciertamente diferente a otros y que estuviera bañado en plata y alpaca. 
El joyero malagueño Miguel Heredia solicitó a la afamada joyería francesa Mellerio, en su sucursal instalada desde 1850 en Madrid, el citado encargo. Una entidad con la que ya había trabajado antes de la guerra y a la que había realizado algunos encargos en ocasiones muy especiales y puntuales.


Estos diseñarían y fabricarían de manera artesanal una copa con una altura de 42 ctms (sin la peana de madera de roble) con dos asas con adornos floreados y lo más importante los motivos de hojas de parra (sin duda el detalle más personal que identifica a esta afamada casa) la más antigua del mundo en joyería, ya que el primero de los Mellerio descendía de familias que eran agricultores en 1600 de una poblada extensión de viñedos en las provincias de la zona de Craveggia, en las inmediaciones del Lago MaggioreItalia. De donde por la enfermedad de las viñas tuvo que emigrar a Francia y cambiar algunos de sus descendientes de actividad.


Es por ello que en el pasado siglo XX y de la mano de Charles Mellerio estos son los responsables de crear importantes trofeos deportivos como la copa de Roland Garros  (también denominada Copa de los Mosqueteros) o el que es actual y muy popular Balón de Oro.


Además Millerio entre las obras maestras creadas también para la corte española, le es sumamente destacado la tiara de diamantes en forma de conchas y perlas para la infanta Isabel. Una tiara que pertenece a las joyas de la corona española y que la ha llevado puesta y lucido la reina ahora emérita Doña Sofía en muchas ocasiones.


Sobre la Copa Comité esta se empezó a disputar en 1941, siendo sus primeros ganadores:
1941, 42 y 43 CD. Montaña (jugadores que prestaban servicio en el Regimiento Oviedo 8 de Málaga); 1944 y 45 Fernández Requena (club fundado por el padre del escultor y autor del "Cenachero", Jaime Fernández Pimentel); 1946 Vélez FC ;1947 y 48 Azucarera Larios de Torre del Mar y en la última edición que se diputó en 1949 el Vélez FC.



Una apreciación, en 1946 el Vélez FC ganó la Copa por 3-0 ante el Fernández Requena CF, trofeo que recogería el capitán veleño Diego, pero finalmente tras impugnar la final los malagueños, se la adjudicaron por estimar la reclamación por alineación indebida.
El caso es que el Torneo Copa Comité que disputaba sus finales en el Campo de Segalerva y en la que solían participar al rededor de una docena de equipos de toda la provincia, no tuvo la continuidad deseada y la copa que había que entregarse en cada edición al campeón y este devolverla unos días antes de celebrarse la final de la nueva edición, quedó alojada en las vitrinas del último club que la consiguió, el Vélez CF en 1949.


El tiempo fue pasando, el trofeo perdiendo su brillo y olvido y la polilla haciendo lo demás en su peana de madera, hasta el punto que casi medio siglo después, en la remodelación de la antigua secretaría del club fue enviada a la basura al estar poco cuidada y llena de inquilinos su peana.
¿Culpable ? Pues nadie, por que las personas que lo hicieron, no tenían el mayor conocimiento de que trofeo se trataba y vieron que la manera más fácil de quitarse el problema de encima era el primer contenedor de basura que vieron.


Fue caprichoso el destino que en ese momento quién escribe este artículo, acudía al estadio Vivar Téllez a una entrevista concertada con el por entonces secretario del club, Enrique Atencia y al ver arrojar a la basura esa copa ciertamente atractiva y diferente, decidí rescatarla, acertando en que lo que recogía, tenía y tiene un valor sentimental y ciertamente histórico por diversas razones explicadas en estas líneas. Eso sí me costó un disgusto con mi señora al llevarla a casa, en ese tiempo recién montada y con muebles que podían recoger la polilla que pudiera escaparse....
Una vez limpiada con tesón  y tratada su peana con cariño queda como podéis ver.
Algún día volverá a su casa para deleite de todos, pero tienen que cambiar muchas cosas en el decano del fútbol malagueño ya que tiene la obligación de mirara por su antiguo patrimonio.


  

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