Veleño nacido en 1941 y criado en la calle San José, Alfredo Camacho Gómez, tras jugar por los equipos locales del momento, muy especialmente en el CD. Santa María, donde coincidió con aquellos futbolistas inolvidables como fueron el guardameta, Manolo Guerra, Segura "El Ratón", Funez, Bemba, Ríos, Pepe Gómez, Mencho, Antonio Vigo o Pepe Santacruz entre otros tantos.
Su valía en la posición que jugaba no pasaría en balde por Francisco Castejón que lo recomendaría, junto a otros compañeros, para que formase parte del CD. Veleño, club en la antigua Regional Preferente y que presidía por entonces, Manuel Martín.
Un equipo, el de la temporada 68-69 que en aquellos años tuvo que tirar de los jóvenes valores de la casa, de la cantera, ante la precariedad económica del momento y que vino a depositar su confianza en el técnico argentino, Evaristo Sande.
En el plantel por el que fichaba, muchos jugadores de nuestra localidad, como su cuñado, José Fernández Trujillo "Naty" con el coincidió en la media, los metas, Corral y Arturo, los defensas, Paco Cañete, Chani, Ranea, Cotilla, y los polivalentes, Viñolo, Lisbona, Paqui Luchana, o los delanteros, Juani, Paco Santaolalla, Oliver...
Alfredo debutaría de titular en el Vivar Téllez el 22 de septiembre de 1968 ante el CD. Antequerano, encuentro que acabaría con empate a un gol. Temporada en la que nos mediríamos a rivales de la provincia de Córdoba, Cádiz y Málaga, entre ellos los, Tarifa, Atl. Algeciras, Barbate, Fariñas Linense, Puente Genil, Atlético Cordobés, Ronda, Torremolinos, El Palo, Olímpica Victoriana...
No se hizo mal papel, quedando cuartos de la Regional Preferente. La clave estuvo en casa, donde el equipo se hizo fuerte, sólo se perdería un partido en todo el campeonato, ante El Palo y lejos del Vivar Téllez en aquellos largos desplazamientos, se plantaría cara, muy especialmente en la segunda vuelta cuando el equipo mejoró en resultados, gracias a que se vio este mucho más conjuntado.
En el puesto de medio centro, Alfredo destacó por su capacidad para organizar y mover al equipo, así como su gran inteligencia y técnica en los desplazamientos del balón. En algunas ocasiones cambiaría su ubicación en el campo por la de central, donde también cumpliría a pesar de no ser un jugador de gran estatura. Pero sobre todo, le recuerdan algunos de sus amigos, como un gran compañero, una excelente persona que hacía piña en el vestuario.
Alfredo no jugaría muchos años en el equipo veleño, sólo una campaña más, la 69-70 y con Añil de entrenador, ya que decidió orientar su vida profesional en otros aspectos y porque las oportunidades de seguir en el equipo veleño tampoco se le brindaron muy claramente.
Entiendo que la vida no es lo que uno vive, sino como lo recuerda para después contarlo. Hoy por el, por este amigo que nos ha dejado, Alfredo, nos toca hacerlo y recordarle con mucho cariño.
DEP mis condolencias a su familia, compañeros y todos aquellos que le vieron jugar y disfrutaron muy especialmente de su bondadosa amistad.
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