Manuel Garrido Villena, nuestro “Mangüi II”, nació en Málaga el 17 de Agosto de 1.937. Su apodo le llega rebotado de la amistad que desde joven le unía con su ídolo del Azucarera Larios y ex-jugador del Sevilla, el malagueño Manuel Rojas.
Se inició jugando en los escalafones inferiores del modesto C.D. Malagueta, conjunto donde coincide con Ríos y Granados y que disputaba sus partidos en el campo del Carmen y como filial del Málaga.
En un principio ocupaba posiciones en la delantera, pero con el paso del tiempo se convirtió en un fuerte y completísimo defensa lateral. Llegando a ser uno de los más notables jugadores que en este puesto han jugado en la historia del fútbol veleño.
Cuando llegó a Torre del Mar procedente de Málaga, se vinculó en los diversos equipos que se formaban a la sombra del hoy desaparecido edificio del Saladero de pescado que estaba situado en la conocida calle de San Andrés.
Por su físico, un tanto desgarbado, le apodaron sus compañeros “el canijo”, pero esa apariencia de jugador de poca fuerza pronto desaparecería, ya que “Mangüi” derrochó en todo momento un coraje especial en la práctica del que siempre fue su deporte favorito.
En edad juvenil ya destacaba con el primer equipo del C.D. Torre del Mar, de ahí que fuera seleccionado por el veleño Francisco Castejón, para jugar con la U. D. Veleña la fase sector del Campeonato Andaluz Oriental.
El equipo de Castejón, que prácticamente era una selección malagueña, ya que estaba compuesto por jugadores de Marbella, Málaga y Vélez-Málaga, se proclamaría primero campeón provincial sin perder un solo encuentro y después siguió esa racha ante conjuntos representantes de Granada y Almería.
Como futbolista, siempre sobresalió por ser un zaguero duro, pero nunca violento, con dotes de ordenar y dirigir a sus compañeros desde la línea defensiva, además de poseer un gran control del balón con las dos piernas, ventaja muy importante por aquellos años para los jugadores que tenían la misión de defender su portería de los delanteros rivales.
Con veinte años y de la mano de Juan Antonio Aparicio, debutaría en la defensa del Veleño, un puesto del que se hizo indiscutible por razón de cuatro campañas. En la primera de ellas, la 59-60, consigue el el campeonato provincial de Primera Categoría y después, el ascenso a Tercera División por primera vez en la historia del club veleño.
Con veinte años y de la mano de Juan Antonio Aparicio, debutaría en la defensa del Veleño, un puesto del que se hizo indiscutible por razón de cuatro campañas. En la primera de ellas, la 59-60, consigue el el campeonato provincial de Primera Categoría y después, el ascenso a Tercera División por primera vez en la historia del club veleño.
El destino quiso que Manolo Garrido coincidiría con su ídolo de pequeño, el verdadero “Mangüi” jugando en La Rosaleda y contra el Atl. Malagueño (con el que tuvo un rifi rafe que produjo la expulsión del malagueño) y poco más tarde coincidirían en el mismo equipo veleño, donde sellarían por siempre una gran amistad.
Tras el Veleño pasaría al Atlético Marbella, que había fichado a Juan Antonio Aparicio y que optó por reforzar su plantilla con tres futbolistas "suyos", José Gómez, José Santacruz y nuestro “Mangüi”, que militó en el cuadro marbellí por razón de seis temporadas y donde ganó una Copa Sánchez Pizjuán y disputó un histórico play off a Segunda División. Su última campaña en el Marbella estuvo dirigido por Armando Benavides.
Manolo Garrido se retiró del fútbol a la edad de 32 años, lo hizo en plenas facultades físicas para el fútbol y siendo un jugador admirado por todos y querido por quienes siempre confiaron en la capacidad de un seguro defensa valedor. Supo reunir excelentes cualidades tanto deportivas como humanas.
Manolo Garrido se retiró del fútbol a la edad de 32 años, lo hizo en plenas facultades físicas para el fútbol y siendo un jugador admirado por todos y querido por quienes siempre confiaron en la capacidad de un seguro defensa valedor. Supo reunir excelentes cualidades tanto deportivas como humanas.
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